La décima fenómeno poético que nos une, nos reúne y a veces nos desune

Aunque La décima como expresión poética existe hace muchos siglos incluso antes de las manifestaciones de Vicente Martinez Espinel, la que ha tenido más arraigo a nivel mundial es la llamada “Espinela” desde aquel reconocimiento que le hiciera Lope de Vega al poeta, músico y sacerdote de Ronda, España. Siendo este modelo el máscultivado hasta estos días y teniendo unas reglas específicas, es también el más debatido por la misma naturaleza de la exigencia que conlleva lograrla. Aunque esta estrofa puede observarse aún en Portugal, España e Islas Canarias, entre otros, es en América (central, del sur y ElCaribe) donde más arraigo y exponentes tiene.

Cada país que la cultiva por elementos históricos, culturales y tradicionales, le añade su toque identitario ya sea a nivel, instrumental, vocal y óptico incluso. Así las cosas quiero establecer que en países como Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia, Panamá, Venezuela, Perú, Cuba Puerto Rico y República Dominicana -por mencionar algunos- nos une directamente-a parte la sangre y la historia- es la décima, no la llamada “tradición”. Es importante comenzar con este señalamiento porque la definición de tradición es muy amplia y su significado dependerá del sentido establecido por los rasgos de cada sociedad. Si bien podemos afirmar que tradicionalmente X cantidad de países a través de los siglos ha cultivado la décima, no podemos afirmar que sea la misma estrofa, los mismos conceptos, los mismos instrumentos, la misma música etc, etc. Porque eso va a depender de un conjunto de rasgos, costumbres y doctrinas que se transmiten principalmente de forma oral de generación en generación. Por eso generalizarlo se presta para confundir. Dicho en otros términos si la tradición decimal de Puerto Rico es muy diferente en su manifestación a la tradición decimal de México, el reducir la conversación al término la “tradición” no es responsable.

Desde el título trato de establecer que lo que nos une a claras luces es la décima. Es hermoso saber que en más de dos continentes y en muchas islas esta sea bandera folclórica, sello literario y muestra de hermandad. Por eso nos reúne, porque nos identifica. Es el denominador común y factor dominante que ha prevalecido y evolucionado hasta nuestros días y nos lleva al encuentro, al estudio y la búsqueda del conocimiento que ha desembocado en la inclusión y fusión a modo de reconocimiento y homenaje de un pueblo a otro. El no entenderlo, no es la amplificación del fenómeno, sino la simplificación de los valores culturales que nos dan rostros como pueblos.

Así las cosas y establecido que es la décima principalmente espinela- entre otros factores no musicales-es también hace unos 30 años más o menos, lo que nos reúne. Lo que provoca los encuentros internacionales, diferentes a los encuentros de balet folclóricos, que nos convocan a diferentes plazas, festivales y naciones. Y para los que no tienen la oportunidad participativa de los mismos, en los años recientes, nos mantiene en contacto diario y directo a través de las redes sociales.

Sin embrago, en la décima espinela es la comparación, la sobrevalorización de una manifestación sobre otra lo que hace que sea también el fenómeno que nos desune. Lo más justo sería tratar de comprenderla desde la visión nacional de cada quien. Comprender por ejemplo que la complejidad de la décima en países como Argentina, Chile y Uruguay va más allá de la exactitud poética dado el caso que quien la canta o la improvisa por regla nacional debe acompañarse con un instrumento de cuerdas y no se concibe de otra forma. Saber que en México su tradición decimal es tan variada que por ejemplo en Guanajuato se cultiva la utilización de la glosa inicial para la creación de la décima y en Veracruz se utiliza un compás acelerado de 6×8 en donde se debe improvisar con otro tipo de dificultad. Pensar que la décima cubana o canaria se emplea en un estilo libre donde la música llega a ser un elemento cosmético y separado del poeta, la repetición de términos e Imágenes es constante y la fórmula siempre es en pareja hace más fácil la improvisación pero que a su vez compensan esas ventajas llenando la décima de complicadas metáforas o similes . Es una forma más justa de entender las similitudes y diferencias que tenemos.

Pudiera establecer una por una las diferencias entre cada país que son las que hace mucho más interesante y hermoso el cultivo decimal pero no quisiera que se malinterprete el objetivo final. Por mi parte y para no caer en un juego sobre cual país es el mejor decimista del mundo, les hablo un poco de la técnica decimal del mío. Puerto Rico cultiva la décima criolla, la décima culta, la espinela y otros modelos que no son espinelas. El trovador puertorriqueño debe cantar siempre sobre el compás que se establece a partir de la selección del estilo musical generalmente llamado seis o aguinaldo y de los cuales hay más de 100 de ellos para interpretarla e improvisarla. La más arraigada es la décima total y absolutamente espinela. La consonancia es literal y no fonética. Las maneras más tradicionales de cantarla e improvisarla es en solitario, no acompañado de otro trovador. Las más comunes son: la décima de pie forzado y la glosada donde es inadmisible la repetición de rima y la alteración del pie forzado. En una regla no escrita y que ha sufrido cambios-para algunos como yo lamentablemente- cuando se canta de controversia el trovador debe contestar directamente lo que su contrincante dice sin la utilización de las rimas ni las ideas que el otro empleó y aunque el modelo más común de la controversia es a pie forzado, puede ser punta y rabo (manera popular de llamar la seguidilla que es comenzar justo con el último verso del compañero) o décimas con pie libre. Otras observación de la décima en Puerto Rico-aparte a la consonancia literal que ya mencioné- debe ser el tiempo de espera, el no cambio del tiempo gramatical de lo que se está hablando en la estrofa, el cierre del pensamiento al finalizar cada estrofa y él no caer en la asonancia estructural que no es otra cosa que rimas parecidas dentro del ABBAACCDDC. Por ejemplo de este último si la décima comienza diciendo como el verso de José Hernández:”Aquí me pongo a cantar” para rimarlo con los versos 4to y 5to respectivamente, en ninguno de los versos restantes (llámense 2y3 ó 6, 7 y 10 ú 8y9 ) correspondientes a las demás letras que componen la estructura para la creación decimal, pero absolutamente en ninguno se debe emplear rimas como : paz, historial, demás, afán, verdad, etc etc ni ninguna palabra que a partir de la fuerza tónica tenga las mismas vocales porque incumple con la regla básica de la espinela y pierde belleza. Otra de las características de la décima en Puerto Rico es la utilización de pocas metáforas pero muchas imágenes poéticas y figuras retóricas. El trovador borinqueño debe ser acompañado por un conjunto por lo menos de: cuatro, guitarra, güiro y desde los años 40’s del siglo pasado con la incursión del bongó cubano pero en un toque y afinación distintivo de Puerto Rico.

En resumidas cuentas la décima espinela es un fenómeno mundial que nos une llevándonos hasta la raíz de muchos siglos atrás en un viejo continente. Nos reúne, en un principio en las publicaciones de los poetas más cultos hispanohablantes, en el teatro de Calderon de la Barca, en la literatura de Miguel Cervantes, en Becquer, Sor Juana, Buesa, Lola Rodríguez de Tío, Bonifacio Palacio, Nicomedes y Llorens entre otros hasta hoy en plazas, países, de manera digital y en proyectos como el mío donde la fusiono con instrumentos y ritmos de otras culturas yendo desde el folclor hasta el jazz, el rock, el reggae por ejemplo. Tristemente no es menos cierto que la décima también esa estrofa que nos desune en las pequeñeces, en el no entendimiento de la visión, interpretación y de la complejidad con que se viste y distingue individualmente en cada país; en él no reconocimiento de la belleza de cada TRADICIÓN por separado y en el complejo de endofobia que nos mata.

– Eduardo Villanueva Serrano –
(Fragmento del “Estudio para le décima”)